FIRMAS

Nuevas alianzas después del 14-M

pasaba por allí/Olga Heras

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Los socialistas madrileños preparan el post electoral del 14-M. Joaquín Leguina y José Acosta, otrora líderes de la renovación y el guerrismo en la FSM, trabajan incansables en las cocinas de esta federación para definir el próximo congreso regional que este partido celebrará, previsiblemente, después del verano.

Ambos dirigentes, en otro tiempo todo poderosos en el socialismo madrileño, intentan volver a coger las riendas de una federación en la que su influencia quedó desdibujada (la de Leguina mucho más), tras el nombramiento de Rafael Simancas como secretario general.

Si el ex presidente autonómico mantiene periódicos encuentros con los dirigentes locales de la región, muchos de ellos alcaldes, Acosta, desde su “sede” del hotel Suecia, dedica sus esfuerzos a aglutinar a algunos cargos de la fraccionada renovación y de la supuestamente “extinta” corriente de los renovadores por la base.

Entre los fichajes más significativos realizados por el líder acostista figuraría, ni más ni menos, que el secretario de Innovación y Comunicación Interna de la Ejecutiva Federal, Enrique Martínez. Según se rumorea, el dirigente de Ferraz, otrora director del Centro de Estudios Jaime Vera, se habría convertido en un asiduo de las “tertulias” del Suecia.

El objetivo, en contra de lo que cabría pensar, no es destronar a Simancas de la jefatura socialista que ahora ostenta, sino conformar un núcleo duro distinto al actual y, sobre todo, relegar a quienes en estos momentos son los dos pilares del líder de la FSM; Antonio Romero y Ruth Porta, secretario de Organización y responsable de Política Institucional, respectivamente.

Simancas, antiguo acostista, volvería así a la órbita de un sector que, curiosamente, no fue el que promovió su candidatura a la Secretaría General en el anterior congreso regional de la FSM.

La designación de Simancas fue originariamente avalada por el llamado “clan de Caja Madrid”, o lo que viene a ser lo mismo, por esa parte de la renovación que lidera Ramón Espinar, cuya influencia se pretende ahora acotar tanto por Acosta como por Leguina. Pero los cambios en el socialismo madrileño no sólo afectan a la dirección regional, ya que una nueva “entente político-logística” ha comenzado a fraguarse también en el Sur de Madrid.

Si hace años el núcleo duro del socialismo metropolitano lo personificaban Pedro Castro, José Quintana y José Luis Pérez Raez, los nuevos vientos de la FSM, y algún que otro cambio en las alcaldías, están propiciando un relevo no tanto generacional, que también, sino en los modos y las formas de administrar el poder local.

Los jóvenes regidores del socialismo, no en edad, sino en años de gestión, véase Tomás Gómez en Parla, Manuel Robles en Fuenlabrada o Enrique Cascallana en Alcorcón, parecen haber establecido una unidad de acción alejada de sus homónimos más veteranos, Castro o Pérez Raez, únicos supervivientes del cinturón rojo de esos primeros ayuntamientos democráticos. (Existen otras viejas glorias, pero en otros puntos de la región, como el socialista José Caballero en Alcobendas o el popular Bonifacio de Santiago en Las Rozas.

Este triunvirato aglutinaría en torno a sí a otros activos, como el portavoz del PSOE de Móstoles, Iván García Yustos, quien en estos momentos trata de recuperar la Secretaría General de la agrupación mostolense, la cual perdió tras el revés sufrido por su partido en las elecciones municipales de mayo. (Esta agrupación, actualmente en manos de una gestora, no ha afrontado todavía la elección de una nueva ejecutiva, tal y como se preveía en la dirección regional, dada la fuerte oposición interna existente a García Yustos, que en principio tendría que competir por el liderazgo del PSOE en esta localidad con otras dos candidaturas distintas).

El nuevo “cónclave” del socialismo sureño puede quedar, al parecer, escenificado en un viaje a Barcelona para entrevistarse con el alcalde de esta ciudad, Joan Clos, aunque la controversia política que se vive en la Ciudad Condal podría aplazar para mejor ocasión este encuentro.

Encuentros, alianzas y estrategias, los hay para todos los gustos, aunque será el 14-M el que marque, en gran medida, los derroteros por los que transcurrirán los nuevos establisment políticos que se están fraguando.