El grupo insiste en que su objetivo no es entrar en el sector eléctrico
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Repsol ha solicitado los permisos para promover cinco o seis centrales de ciclo combinado en toda España. Uno de los más polémicos es el de una planta en Madrid, que proyecta una sociedad que preside Enrique de Aldama, a su vez, consejero independiente de Repsol. El grupo insiste en que su objetivo no es entrar en el sector eléctrico, sino dar liquidez a sus reservas de gas.
El grupo que preside Alfonso Cortina tramita los permisos administrativos para la promoción y contrucción de 'cinco o seis' centrales de ciclo combinado en toda España. El objetivo de Respol YPF no es entrar en el mercado eléctrico, negocio del que se ocupa su filial Gas Natural, 'sino monetizar las reservas de gas'. De hecho, tras la construcción de la central de Cartagena, Repsol vendió su participación a Gas Natural, con la que firmó después un contrato de suministro de 2.100 millones de metros cúbicos anuales de gas durante 20 años. Esta cantidad es el equivalente al 10% del consumo nacional de gas natural en 2002. Fuentes del grupo petrolero aseguran que 'este es el modelo a seguir en este tipo de proyectos, aunque no siempre se pueden vender todas las participaciones con la misma rapidez'.
Uno de los proyectos más polémicos es el de la central de ciclo combinado que promueve Sufi, una compañía dedicada al tratamiento de residuos y encargada del tratamiento de basuras de la planta de Valdemingómez, localidad cercana a Madrid. Esta sociedad, que tiene unos terrenos junto a este vertedero, está presidida por Enrique de Aldama quien, a su vez, es consejero independiente de Repsol. Los principales accionistas de Sufi son Rafael Naranjo y Torreal, sociedad de Juan Abelló.
Un portavoz de Repsol asegura que 'se trata de un proyecto que está en una fase preliminar y sobre el que no se ha tomado ninguna decisión'. Además, añaden, 'se trata, por el momento, nada más que de una invitación de Sufi'. Sin embargo, Aldama asegura que Repsol ha aceptado ya la invitación.
Ante las críticas que ha recibido, el presidente de Sufi, ha justificado su papel al considerar que, su obligación, como consejero de Repsol YPF, era ofrecérselo a este grupo y que el conflicto de intereses hubiese surgido si se lo hubiera ofrecido, por ejemplo, a alguna compañía eléctrica.
La futura central madrileña, a la que se oponen los grupos ecologistas, contará con 1.200 megavatios de potencia y servirá, según sus promotores, para abastecer a la capital.