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2004 traerá nuevos movimientos corporativos en constructoras e inmobiliarias

El mercado se muestra muy atento a las acciones de Ferrovial, Acciona, FCC, Urbis y Colonial

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El último consejo de ministros de 2003 aprobó la adjudicación a ACS-Dragados del tramo internacional del tren de alta velocidad que unirá España y Francia entre Figueras y Perpiñán. Es un tramo de 44 kilómetros presupuestado en 952 millones de euros. La adjudicación fue un regalo adelantado de Reyes a la nueva constructora, pero es, sobre todo, una pista clara para saber por dónde irán las cosas a lo largo de 2004 en un sector que ha vivido en 2003 un nuevo proceso de concentración cuyo resultado ha sido un cambio de líder del primero por la suma del segundo y el tercero que ahora, así son las cosas, suman el doble que el primero.

Luis M. Lianes.

Madrid

La fusión por absorción de ACS y Dragados tendrá unas consecuencias en el sector que se dejarán sentir a lo largo de 2004, un año que volverá a ser de consolidación, de reordenación de un proceso que comenzó muchos años atrás y que aún no se ha cerrado.

“Lo más importante será saber cuál es la reacción de FCC ahora que ha perdido el liderazgo y que se ha visto que su alianza con Vivendi no ha tenido las consecuencias esperadas. Será interesante saber cuáles serán los próximos movimientos de Esther Koplowitz”, dice Javier Centeno, de la firma Pentor.

Nuevos movimientos.- En principio, FCC está obligada a mover ficha si quiere recuperar su posición de liderazgo en el sector. La posibilidad que más descuenta el mercado es una fusión del estilo de la protagonizada por ACS y Dragados, es decir, con una constructora nacional de primer nivel.

La opción mejor vista es una fusión con Acciona. “El problema que se presenta aquí es el de otras muchas operaciones corporativas: quién lleva la voz cantante. En el caso de ACS y Dragados todo ha sido más fácil porque el principal accionista de Dragados, el Santander Central Hispano, quiso vender y, con esa venta, ceder todo el control sobre la empresa, pero eso no va a ser así en el caso de FCC ni de Acciona, porque ninguno de sus accionistas de referencia, en este caso, Esther Koplowitz o la familia Entrecanales, quieren perder el control de dos empresas de marcado carácter familiar”, dice Rosa Aguilera, analista de Gaesco.

La operación que más gusta al mercado es que Esther Koplowitz recompre a Vivendi la participación que le vendió su hermana Alicia, y que la canjee por el porcentaje correspondiente de Acciona. Eso, en principio, sería una fusión entre iguales. El problema radica en que el grupo Entrecanales ya tiene un 8,68% de FCC, que sirve para desequilibrar la balanza a favor de Acciona, desequilibrio que podría dificultar el acuerdo.

El actor secundario en esta trama es Ferrovial, que está demostrando con hechos lo que Rafael del Pino ha venido clamando en el desierto en los últimos meses: que la posibilidad de una fusión es eso, no una obsesión y una opción única, y que él prefiere un crecimiento orgánico, a través de la compra de empresas, básicamente de servicios, que le permita diversificar y, a la vez, consolidar y hacer más recurrente su cuenta de resultados. Con esta estrategia Ferrovial se ha convertido en la tercera constructora por beneficios.

Sacyr ya vivió en 2003 su año grande con la integración de Vallehermoso y de la Empresa Nacional de Autopistas (ENA), que le han permitido dar el salto, auparse entre las grandes del sector, dejar de depender de manera casi exclusiva de la construcción, convertirse en un grupo diversificado y, de paso, cotizar en Bolsa. Este año será de digestión.

En principio, el año también comienza tranquilo para OHL. Si no fuera una constructora pura podría temer ser devorada, pero su condición poco diversificada la hace menos atractiva para el resto del sector, y, en concreto, para Acciona, que busca precisamente un complemento de servicios para diluir su excesiva dependencia del cemento.

Las inmobiliarias.- En el sector inmobiliario también queda mucho por hacer. La absorción de Metrovacesa por Bami y la toma de control de Vallehermoso por Sacyr obliga al resto de los actores de este mercado a tomar posiciones para no perder comba. El propio consejero delegado de Inmobiliaria Colonial, Juan José Brugera, ha reconocido que a su compañía le falta tamaño y que su intención es doblarlo a través de operaciones corporativas en el momento que se presente la oportunidad.

Las condiciones de partida de Colonial son muy ventajosas. Tiene un endeudamiento muy aceptable y dispone del músculo financiero que le da su accionista de referencia, La Caixa, que también se muestra encantada con la posibilidad de convertirse en accionista de referencia de un gran grupo inmobiliario europeo. La primera intención de Colonial es el mercado nacional, pero no descarta crecer a través de acuerdos corporativos con compañías europeas. Su prioridad es Alemania, como ya reconoció su director general, Joseph María Grau.

Los otros actores son Urbis, Fadesa y Realia. Las tres han dejado constancia repetidas veces de su intención de aprovechar las oportunidades que se presenten para crecer y aspirar a liderar el sector, pero hasta ahora ninguna de las tres han movido ficha ni han propiciado acercamientos. Colonial y Fadesa aspiraron a comprar las participaciones de BBVA y SCH en Metrovacesa y Vallehermoso, pero, malogrados los intentos, siguen agazapadas.

Negocio asegurado.- Las constructoras tienen asegurado su futuro, al menos hasta 2007, gracias al Plan de Infraestructuras y al Plan Hidrológico Nacional. “La idea de articular el territorio nacional a través del tren de alta velocidad, y su prolongación hasta Portugal, garantiza el negocio de las constructoras para toda la década. Además, ya han comenzado a adjudicarse las primeras obras del Plan Hidrológico Nacional, que es la segunda gran fuente de negocio para los grupos constructores. En ambos casos, el futuro está condicionado a los resultados electorales, pero en principio no se teme ningún contratiempo que pueda redundar en las expectativas de negocio de las grandes constructoras”, afirman en Morgan Stanley.

La contracción del negocio puede venir desde la edificación residencial. Las principales consultoras inmobiliarias contemplan una caída de la demanda de vivienda, que puede poner punto y aparte a los sucesivos records de construcción de pisos que se han batido año tras año. La obra iniciada supera ahora las 700.000 viviendas, según datos de los colegios de arquitectos, pero la futura se espera que sea francamente menor.

Esta caída esperada de la demanda afectará también a las expectativas de negocio de las inmobiliarias que ven cómo el ciclo coletea y centran sus perspectivas en el sector patrimonial, ahora que la recuperación de la Bolsa es más que una realidad, así como en el segmento comercial, que se beneficiará del aumento del consumo privado como acicate de la recuperación económica.

Futuro optimista.- Los grandes grupos constructores esperan mantener en 2004 la misma tónica de resultados de la que han disfrutado en el ejercicio pasado. Las previsiones de la nueva ACS pasan por un incremento de beneficios que se mueve en una horquilla entre el 15% y el 20%, mientras que el volumen de ingresos aumentará entre el 10% y el 20%, según las estimaciones anunciadas por el propio Florentino Pérez.

En el caso de FCC, el mercado descuenta un incremento de resultados alrededor del 10%, que llevaría la cifra global por encima de los 320.000 millones. El consenso para Ferrovial y Acciona es de una mejora de sus beneficios en torno al 13%, un porcentaje similar al que se maneja para OHL.

Las previsiones de Sacyr Vallehermoso, según anunció recientemente el propio vicepresidente y consejero delegado, Luis del Rivero, contemplan un incremento de ingresos del 20%, hasta superar los 4.000 millones de euros, debido en buena parte a la aportación de su filial portuguesa Somague.

Esta filial se convertirá en la tercera que más aporte al grupo, después de la actividad constructora de Sacyr (1.400 millones) y de la inmobiliaria de Vallehermoso (1.100 millones) y por delante de la patrimonial Testa, de la actividad de concesiones y de la de servicios.