Nino Olmeda
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La Asamblea de Madrid inicia sus actividades con demasiada lentitud. Tarda en arrancar y nadie tiene la culpa. La presidenta del Legislativo regional ya ha reunido en varias ocasiones a los miembros de la Mesa y de la Junta de Portavoces. La constitución de las comisiones parlamentarias ya tiene fecha y el primer pleno se celebrará el próximo 11 de diciembre.
Mientras el Parlamento presidido por Concepción Dancausa se pone las pilas, el Gobierno de Esperanza Aguirre da sus primeros pasitos y cada uno de sus consejeros enseña poco a poco sus intenciones.
El portavoz del Ejecutivo, Ignacio González, ha anunciado la congelación del “céntimo sanitario”, invento del anterior mandatario madrileño y actual alcalde de Madrid que, si fuese por el portavoz socialista, Rafael Simancas, pasaría a mejor vida y a la historia de los proyectos de Alberto Ruiz-Gallardón laminados por su sucesora en la sede de la Puerta del Sol. Aguirre no elimina totalmente este impuesto sobre la gasolina y que va íntegramente destinado a financiar programas sanitarios concretos, sino que no lo incrementa. Los madrileños pagarán, en 2004, 1,70 céntimos de euros por litro de combustible, igual que en 2003, y no los 2,40 céntimos previstos inicialmente.No sabemos qué efectos tendrá esta medida, pero parece seguro que Aguirre tendrá que sacar dinero hasta de debajo de las piedras para adecentar una sanidad, la madrileña, que necesita “profundas reformas y mejoras”, en opinión del nuevo consejero del ramo, Manuel Lamela.
Siguiendo con las primeras decisiones del Consejo de Gobierno, Ignacio González ha dado cuenta de la creación del Observatorio Regional contra la Violencia de Género y de la intención del Gobierno autonómico de estudiar la implantación de brazaletes a los maltratadores, con el sano fin de tener controlados a estos energúmenos. Para empezar, la música suena bien, pero la letra y el presupuesto están todavía sin componer.
El Gobierno de Aguirre avanza como puede, sin pausa pero sin prisa, pero la Asamblea de Madrid sigue atascada. La parálisis total que sufren los tres grupos parlamentarios es alarmante. Y es que el PP, el PSOE e IU están con la cabeza en otro lugar que no es precisamente la sede vallecana de la Cámara regional. Los socialistas están metidos de lleno en el proceso de elección de candidatos para los comicios de marzo, e IU tiene la mente en el vacío. Bastante tiene con resolver los conflictos dentro de su grupo parlamentario.