La contraportada
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Las obras del Monumento a los Judíos Europeos Asesinados en la Segunda Guerra Mundial que se construye en Berlín han sido suspendidas al hacerse público que el recubrimiento protector lo fábrica la empresa que vendió al Tercer Reich toneladas de Zyklon-B, el gas utilizado en los campos de exterminio nazis.
a construcción del Monumento a los Judíos Europeos Asesinados en la Segunda Guerra Mundial en Berlín, Alemania, se ha visto paralizada debido a las protestas de esta comunidad religiosa al enterarse de que el protector aislante con el que se iban a recubrir las paredes estaba fabricado por la empresa Degesch, una productora de derivados químicos que vendió al Tercer Reich más de 30.000 toneladas de Zyklon-B, el ácido que se utilizó en las cámaras de gas de los campos de exterminio nazis.
Según el proyecto, el monumento estará compuesto por 2.700 columnas, o estelas funerarias, de alturas graduales de entre 40 centímetros y 5 metros, y de las cuales ya hay unas 24 unidades construidas. Todas ellas iban a ser recubiertas con Protectosil, un producto que protege al cemento de los graffitis y de la suciedad, hasta que se descubrió la procedencia de su fabricación. Al parecer, es uno de los mejores productos anti-pintadas que existe en el mercado y muy necesario en un recinto de estas características, dada la existencia de bandas neonazis que amenazan con boicotear el complejo monumental.
Muchas empresas alemanas tienen una doble historia debido a su participación en la Segunda Guerra Mundial junto al Gobierno de Hitler. De los campos de exterminio se aprovechaba todo para su posterior uso en las industrias alemanas: joyas, ropas, relojes, gafas, prótesis, dientes de oro, grasa e incluso el pelo humano para la industria textil. La empresa Alex Zink, fabricante de fieltro, compró en el campo de Auschwitz 60.000 kilos de cabellos humanos. Todo esto ha generado un enorme recelo en la comunidad judía a la hora de aceptar a aquellas empresas que se enriquecieron con el expolio de sus muertos.
El monumento se está construyendo en un solar de casi 20.000 metros cuadrados en el centro de Berlín, junto a la Puerta de Brandemburgo, símbolo de la reunificación alemana. Su financiación, que se está realizando mediante las donaciones recaudadas por la Fundación del Monumento a los Judíos Asesinados, puede verse afectada por la decisión de apartar del proyecto a Degussa AG, multinacional de la cual es filial Degesch. La empresa había ofrecido gratis el producto protector “dado el profundo significado histórico del proyecto” y, ahora, la compra en el mercado tendría un coste de 540.000 euros, prácticamente todo el presupuesto recaudado por la Fundación, unos 594.789 euros.
Por otro lado, Degussa AG es una de las 17 empresas que crearon la Fundación para la Conmemoración, la Responsabilidad y el Futuro, que ha recaudado miles de millones de euros para los supervivientes y, además, es considerada en Alemania como uno de los consorcios que más hizo para esclarecer su papel en el Tercer Reich. “¿Por qué no vetar también a cualquiera de las empresas que proporcionan cemento o maquinaria cuando todas ellas colaboraron?”, se pregunta Ulrich Raulff portavoz de la Fundación.
El monumento será inaugurado en 2005, justo 60 años después del final de la Segunda Guerra Mundial.