Gema Fernández
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
En el año 2007 los ciudadanos de la ciudad china de Shangai, y después todos los curiosos y los interesados en tener una gran experiencia en las alturas, podrán casi rozar el cielo. El distrito financiero de Pudong se convertirá en uno de los más conocidos a nivel internacional porque, dentro de cuatro años, acogerá el edificio más alto del mundo, el Shangai World Financial Center.
Este nuevo rascacielo, que con sus 492 metros de altura y sus 95 plantas superará a las Torres Petronas de Kuala Lumpur, en Malasia, no tiene nada que ver con las Torres Gemelas de Nueva York, aunque su nombre nos lo recuerde. Eso sí, nos hace pensar en que el miedo a las alturas o a posibles atentados terroristas como los perpetrados el 11 de septiembre en el desaparecido World Trade Center de Nueva York, ha sido desterrado de las mentes de la sociedad internacional y, por supuesto, de los arquitectos.
Muestra de esta nueva tendencia a las alturas son muchos de los proyectos que se están levantando en varias ciudades de todo el mundo, entre ellas, Bilbao, donde Cesar Pelli ha diseñado una gran torre para el nuevo barrio de Salburua, o los grandes edificios que ocuparan en el futuro los terrenos de la Ciudad Deportiva del Real Madrid.
Lo que no se pierde de viste en estos proyectos es la seguridad. Quizás esa sea la única huella dejada por el desastre del
11-S en las mentes de los diseñadores.
En un futuro no muy lejano puede que rozar el cielo deje de ser un sueño. Es más, muchos tendrán la suerte, o no, de vivir a vista de pájaro.