el búho/ Lope de Aguirre
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
el búho/ Lope de Aguirre
La batalla entre Alfonso Cortina y Antonio Brufau ya se ha cobrado su primera víctima: el consejero delegado José Luis López de Silanes, que ha sido sustituido por un hombre de Repsol, Enrique Locutura. Se trata de una pelea entre dos titanes: Repsol y La Caixa, que está lejos de haberse resuelto, a pesar del acuerdo elaborado tras el fracaso de la OPA sobre Iberdrola y que se ha concretado en la última junta general con la ampliación de 12 a 17 de los miembros del consejo de administración. Brufau perdió frente a Cortina en el peor momento para su andadura personal, justo cuando se jugaba la sucesión del presidente de La Caixa, Josep Vilarasau. Demasiados frentes para uno de los empresarios que más ha apostado por las industrias españolas. El mercado eléctrico ha estado históricamente en manos de unas cuantas familias que han ido perdiendo poder debido a la transición democrática que les quitó privilegios, y a la entrada en la competencia de las compañías extranjeras.
Frente a los nuevos retos, Cortina, presidente de Repsol, y rey del petróleo, ha jugado la baza más suave: relevo generacional, pero conservando los lazos familiares de la aristocracia con la industria. Antonio Brufau, como buen burgués catalán, no cree en las monarquías energéticas. Una vez más, como le ocurrió a Mario Conde en la banca, se ha demostrado que España es propiedad de 200 familias, unidas por estrechos lazos sanguíneos y que para entrar en la élite hay que triunfar en los negocios, pero también ser aceptado.