el rincón del curioso/Jorge G. Boró
Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
Dudas e intranquilidad. Esto es lo que ha comenzado a aparecer en el sector inmobiliario madrileño tras las elecciones municipales y autonómicas del pasado 25 de mayo y que, si se cumplen las previsiones, van a traer gobiernos de distinto signo en las dos administraciones.
Las elecciones no han producido el vuelco que anunciaban PSOE e Izquierda Unida, pero sí ligeras modificaciones. En la Comunidad de Madrid y en el Ayuntamiento de la capital el partido más votado ha sido el PP pero, al no haber alcanzado por un puñado de votos la mayoría absoluta en la Administración regional, una coalición PSOE e IU les quitará el gobierno, mientras que la impresionante mayoría absoluta de Alberto Ruiz-Gallardón le permitirá gobernar el municipio. Y aquí está el problema que ven los agentes que intervienen en el sector inmobiliario madrileño, la diferencia de color político en las dos administraciones, que puede llegar a provocar una cierta paralización.
Si Rafael Simancas, el presidenciable por el PSOE, sigue el ejemplo de Joaquín Leguina cuando cohabitó en el poder con José María Alvarez del Manzano, no existirá ningún problema, porque cada uno respetará las competencias del otro y se darán vía libre a muchos proyectos en la capital. Si por el contrario, y lo que parece más previsible si revisamos la campaña de Simancas, la Comunidad de Madrid se dedica a revisar con lupa y poner trabas a los desarrollos urbanísticos planteados por el Ayuntamiento, el panorama se plantea ensombrecedor y esto es lo que más temen promotores y gestores de cooperativas. Si, además, el nuevo Gobierno de la Comunidad se pone a revisar la legislación urbanística madrileña, como prometió en 2001 cuando se aprobó la actual Ley del Suelo autonómica, la provisionalidad se instalará en el sector y la situación positiva que vive el mercado en la actualidad puede correr un importante riesgo.