AUTONOMÍAS

Fomento apoya el soterramiento de las vías del tren a su paso por Vitoria

Aportará 132 millones de euros para el proyecto, el 42% del coste total

Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
El Ministerio de Fomento ha comunicado al Ayuntamiento de Vitoria que colaborará en el soterramiento de las vías ferroviarias a su paso por la capital con una cantidad máxima inversora que podría acercarse al 50% del coste total. Además, la cartera que dirige Francisco Alvarez-Cascos ha confirmado que permitirá utilizar la venta de los terrenos de Renfe para financiar la operación.

Garbiñe Esteban
Vitoria

Desde hace años, uno de los principales anhelos de la ciudad de Vitoria es poder soterrar las vías del tren que dividen a la misma en dos zonas. El ambicioso proyecto aún no ha pasado de eso, pero recientemente ha recibido un importante espaldarazo en forma de carta remitida desde el Ministerio de Fomento. En la misiva recibida por el alcalde, Alfonso Alonso, se confirma la intención de la cartera que dirige Francisco Alvarez-Cascos de aportar una cantidad máxima de 132 millones de euros para financiar la operación que permita finalmente acometer el soterramiento de las vías del tren.

La misiva.- La carta venía firmada por el secretario de Estado de Infraestructuras, Benigno Blanco, y la cantidad ofrecida se basa en los cálculos establecidos para el hipotético coste del desvío de la línea férrea en Vitoria para adecuarla en su superficie, a la llegada del tren de alta velocidad, que es una obra calculada por Fomento en 132 millones de euros. Esta es la razón de que sea ésta la cifra máxima a aportar. No hay que olvidar que ya en varias ocasiones el Ministerio ha recalcado que "no paga soterramientos".
En una primera previsión, el coste de hacer subterránea la línea por el norte, desde Jundiz hasta Zurbano con una estación central en el parque de Arriaga, dos vías de ancho internacional y una de ancho ibérico, ascendería en su estimación más baja a 311 millones. Basándose en este cálculo, Fomento se implicaría directamente con la financiación del 42% del coste del proyecto.
Según se indica en la carta, "la previsión se ha hecho si el túnel se realiza con pantallas de pilotes; encareciéndose esta solución si el método constructivo a emplear fuese el de túneles en mina o la ejecución con tuneladora". En caso de utilizarse estos últimos métodos, como el presupuesto aumentaría, el porcentaje de la aportación ministerial también se vería reducido.
Si hasta aquí el apoyo ofrecido supone un importante empujón a una de las aspiraciones mayores del Consistorio alavés, la segunda parte de la misiva hace que el optimismo hacia la ejecución definitiva del proyecto sea mayor. Además de la aportación económica, desde Madrid se ha comunicado también la aprobación a la utilización de los terrenos propiedad de Renfe que queden liberados como consecuencia del soterramiento para financiar la operación.

Recalificación de suelo.- En total, serían 160.000 metros cuadrados de suelo residencial, correspondientes a todo el corredor que ocupa actualmente la vía del tren. En ellos se podrían construir 1.500 viviendas, oficinas y zonas comerciales.
En la carta se recuerda que la diferencia entre el coste final del plan y las aportaciones ministeriales en dinero o suelo, deberá ser aportada por las demás administraciones, es decir, que se requerirá la participación de la Diputación alavesa, y el Gobierno vasco. Lo que no especifica Fomento es el cómo y el cuándo se hará efectiva la aportación económica, ni cómo y cuando se cerrará el compromiso.
Hace tiempo que los arquitectos municipales y de la sociedad pública Ensanche 21 han presentado propuestas al alcalde para urbanizar los terrenos que se liberen tras el soterramiento del tren.
La opción que se baraja se basa en la construcción de un eje de comunicación que sirva para desplazarse tanto a pie, como en coche o bicicleta entre los nuevos barrios de Salburua y Zabalgana, a través de los ya consolidados de San Martín, el Ensanche, San Cristóbal y Santa Lucía.
Se trataría de un gran bulevar jalonado por viviendas distribuidas en bloques bajos -el deseo es que su mayor parte sean protegidas-, destinándose un tercio del espacio a oficinas y espacios comerciales. Queda por determinar la cantidad de pisos que será necesario construir para que económicamente sea viable la operación.