Ilusiones

Jorge G. Boró

Convertir una ilusión en realidad no es algo que se produzca todos los días. Más bien, lo normal es lo contrario, que la realidad se camufle con ilusiones. Por eso cuando las ilusiones se hacen realidad es bueno destacarlo. Esto se ha producido con la inauguración del madrileño Parque del Manzanares, que ha conseguido que un área degradada del sur de la ciudad de Madrid se convierta en una zona verde de recreo para los madrileños.

La ilusión tuvo su origen en el alcalde de la capital, José María Alvarez del Manzano, y en el concejal de Urbanismo, Ignacio del Río, y ha alcanzado en los años que ha tardado en ponerse en marcha a todos los madrileños. Una ilusión compartida por el consejero delegado de la Empresa Municipal del Suelo y gerente del proyecto, Javier Delgado, y el autor del mismo, el arquitecto Ricardo Bofill, que han conseguido reunir en un proyecto común a los vecinos y a la oposición municipal. Así era reconocido en el acto de inauguración por un concejal de Izquierda Unida, que afirmaba a otro de los asistentes que éste era un gran proyecto, y eso que todavía está en su primera fase.
Las ciudades necesitan de elementos que las distingan. Elementos no sólo puramente arquitectónicos. Todas las grandes ciudades tienen sus parques reconocidos mundialmente. En el caso de Madrid, el Parque del Manzanares va a significar para la ciudad lo mismo que, en su tiempo, significaron la Casa de Campo y el Parque del Retiro. Lo más importante es que, el equipo de gobierno que salga de las próximas elecciones municipales, continúe esta obra hasta llevar a término todas las áreas previstas.