Redaccion | Lunes 20 de octubre de 2014
La familia.
Una de las cosas que más echa de menos Santamaría cuando trabaja es a su familia. "Los veo menos de lo que quisiera", confiesa. Y es que este empresario dedica casi las 24 horas del día al negocio y a sus labores en Asprima. Además, cuando llega a casa le resulta difícil desconectar y olvidarse de los problemas. Los fines de semana le sirven para relajarse un poco y dedicar más tiempo a sus tres hijos, dos chicas y un chico, de los que se siente muy orgulloso.
Los animales.
'Layer', Reyal al revés, significa en inglés 'ponedora'. Este es uno de los secretos de un negocio familiar que en principio iba encaminado hacia la rama de la avicultura y que derivó en el mercado inmobiliario. Y es que a Rafael Santamaría y a su familia le gustan mucho los animales; aunque se confiesa amante de la caza y la pesca, y de todo lo relacionado con la naturaleza. "El mejor cazador es el que sabe administrar los recursos, porque no acaba con ellos", afirma.
El traje.
Vestir cómodo, de sport, es lo que más le agrada al nuevo presidente de Asprima, pero su posición le obliga a ir de traje y con corbata durante los días laborables, por lo que aprovecha las fiestas y fines de semana para ponerse a su gusto. Acompañando al que casi podríamos denominar 'uniforme' de los empresarios, Rafael Santamaría siempre lleva una bonita sonrisa, que tampoco le cuesta lucir cuando tiene que posar para nuestro fotógrafo, parece que lo hubiese hecho toda la vida.
La pasión.
Una de las mejores cosas que el fundador de Reyal Grupo y padre de Rafael Santamaría legó a sus hijos fue su pasión por el arte. A lo largo de las dos últimas décadas de su vida el anterior presidente del negocio familiar reunió una colección de pintura nada despreciable, formada por cuadros de artistas tan conocidos como Tapies o Antonio López, entre otros, que sus descendientes han ido ampliando poco a poco. Aunque no piensan crear un nuevo Thyssen.