Cambio de mentalidad

En este caso, la solución es simple, porque la realidad no es como la pintan -alquilar un piso es casi tan caro como pagar la mensualidad de una hipoteca-, es necesario abaratar los alquileres y ofrecer seguridad jurídica a los propietarios de los inmuebles.

Otro cambio habría de llegar en la misma proyección de un edificio, por parte del promotor, y se refieren a lo que ahora se llama ‘arquitectura bioclimática’. Y no se trata precisamente de colocar paneles solares en todas partes, como me explicaba hace poco el decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, Ricardo Aroca, sino de algo tan sencillo y tan antiguo como saber orientar bien los inmuebles y procurar no crear manzanas cerradas en torno a una piscina o una pista de paddle, que impidan el paso de la luz y del aire.

Necesario resulta el diseño, pero siempre adecuándolo a las necesidades y, por supuesto, al entorno, evitando las muestras de mal gusto de muchas ciudades de hoy en día. El apunte para el cambio es, en esta ocasión para políticos y arquitectos.

Y el cambio que las nuevas generaciones y los jóvenes de hoy en día debemos plantearnos tiene mucho que ver con el bajo índice de natalidad, frente a un aumento de la esperanza de vida de los mayores, con una realidad que nos presenta pensiones muy bajas y reducidas plazas públicas en residencias; además de, y no nos engañemos, menores muestras de interés por parte de los hijos de hacerse cargo de unos padres ancianos... En este sentido, se están dando los primeros pasos en el sector, aunque, de momento, los productos siguen indicados para extranjeros.