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El project management reclama a las administraciones más obra pública

El sector terciario impulsa la actividad de este servicio en España pese al pinchazo del residencial

lunes 20 de octubre de 2014, 14:42h
10/07/2008.- La dirección integrada de proyectos se va consolidando en España. Para este año se espera un crecimiento cercano al 9%. Sin embargo, aún está lejos de los niveles alcanzados en los países anglosajones. Por ello, los expertos del sector reclaman un aumento de las contrataciones de sus servicios por parte de las administraciones, todavía escasas a pesar del punto de inflexión experimentado con la aparición de las colaboraciones público-privadas.
El aumento en la complejidad técnica y en la envergadura de los proyectos de construcción ha motivado que en los últimos años la actividad de project management haya experimentado un continuo crecimiento. Así, en el período comprendido entre 2002 y 2004 este servicio presentó una tasa de variación media anual del 13,6%, si bien en los dos años siguientes registró un menor crecimiento llegando al 9,5% hasta alcanzar los 240 millones de euros de volumen de negocio, según un informe de la consultora DBK. 2007 cerró con un incremento próximo al 10% y 265 millones de euros movidos, mientras que para este año se espera que el incremento ronde el 9% y la inversión llegue a los 290 millones. La buena salud del project management tiene su justificación en el poco peso del sector residencial, que sólo representa entre el 13% y el 17% cuando, en el conjunto general de la construcción, la edificación de viviendas en España supone el 35%. Además, los operadores más especializados en el segmento residencial están diversificando sus servicios, impulsando su presencia en los centros comerciales, las oficinas o los hoteles.

“En los últimos diez años ha habido una expansión muy grande en nuestro país tanto de empresas dedicadas al project management como de clientes que reclaman sus servicios”, confirma el consejero delegado de Acerta, Javier García Monsalve, para quien la dirección integrada de proyectos “se está consolidando pero aún tiene que madurar”. El principal reto al que se enfrenta este negocio, según todos los expertos consultados, es su implantación en las obras promovidas por las administraciones públicas. El Gobierno prometió que impulsaría la obra pública como medida para activar la construcción. Sin embargo, los últimos datos que se han conocido reflejan que la licitación estatal en este sentido, si se comparan el primer semestre de 2007 con los seis primeros meses de este año, no sólo no ha crecido sino que incluso ha descendido alrededor de un 5%. El uso de la gestión integral de proyectos por parte de las administraciones “es todavía escaso, aunque ha pasado de un 5% hace cuatro años al 10% actual, ha habido un punto de inflexión”, informa Monsalve. “El peso relativo de la contratación de estos servicios por las administraciones, aun siendo menor, está en clara progresión”, corrobora Alberto Díaz del Río, director ejecutivo de Desarrollo y Concesiones de Bovis Lend Lease. El punto de inflexión se ha producido gracias a los contratos de colaboración público privada que, según Del Río, “cabe esperar que aumenten especialmente por la necesidad de infraestructuras sociales y administrativas con respaldo de la iniciativa privada”. Aun así las empresas el sector consideran que queda camino para ganarse la confianza de las instituciones y reclaman que la figura del project management sea incluida en la Ley de Contratos de Administraciones Públicas, algo que haría aumentar su negocio.

Si clave es su inclusión en el derecho público, no lo es menos en el derecho privado. La Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) enumera a los agentes implicados en la construcción y delimita sus obligaciones y responsabilidades. Sin embargo deja fuera de esta clasificación al project manager como representante del promotor, que a menudo asume parte del papel de éste en la obra. Mark Reynolds, director de Project and Development Services de Jones Lang LaSalle, considera que sería “procedente equiparar ambas figuras y sus responsabilidades atendiendo a sus roles y las tareas que desempeñan” ya que, ante un posible problema que surgiera en la obra, al gestor "le pueden hacer corresponsable a la vista de lo que se indica en nuestro Código Civil”. La inclusión de este concepto en la LOE facilitaría la creación de colegios y gremios profesionales que podrían amparar a los gestores de proyectos. “Se eliminarían muchas incertidumbres como las derivadas de la contratación de un seguro”, explica Juan José Marquina, presidente de Tasinsa, y “no estaríamos a merced de lo que opinara un juez cuando se produjeran ciertas eventualidades, como puede ser la siniestralidad laboral. Todos estos agentes tienen sus propios colegios, sus propias asociaciones que son las que se encargan de contratar un seguro”.

Intrusismo. La falta de regulación de la dirección integrada de proyectos ha provocado que en España haya “más de 60 empresas que ofrecen este servicio, y son demasiadas”, opina García Monsalve. El consejero delegado de Acerta pronostica que “en los próximos años el mercado se va a ordenar con abandonos y fusiones que harán que disminuya el número de empresas que ofrecen el servicio”, aunque advierte de que en estos momentos “si una persona decide ser project manager no hay ninguna barrera que se lo impida”. Para Emilio Vidal, presidente de la Asociación Española de Dirección Integrada de Proyecto (AEDIP), “existe un patente intrusismo en la profesión, al que todo el sector en conjunto debe poner freno, con la formación y profesionalización de esta disciplina como herramientas más eficaces”.

En España no existe actualmente una carrera universitaria específica para el project management, aunque sí que hay cursos y masters. César Ruiz, director de la firma de arquitectos de Ruiz Larrea y Asociados, considera que “hay que revisar la docencia, la formación de un gestor de proyectos no debería ser específica, sino que se debería introducir mediante un programa de cursos en todas las carreras universitarias relacionadas con la construcción, para que las empresas puedan elegir el perfil que más les convenga dependiendo del tipo de obra”. Por tanto, otro de los retos del servicio es mejorar la formación de los project managers para evitar el intrusismo derivado de agentes con conocimientos muy técnicos pero sin una visión global del negocio, y mejorar así la comercialización. Según García Monsalve los gestores de proyectos “requieren de un perfil especial, con conocimientos técnicos pero con capacidad de dirigir, de consensuar, de tomar decisiones, de representar al cliente, y esto no se aprende de la noche a la mañana, hacen falta años. Con el tiempo estos estudios se incluirán en las universidades. Ya existen las ramas de edificación y de urbanismo, ¿por qué no una tercera de project management?”.

Difundir el negocio. Con un correcto aprendizaje del negocio también mejoraría la competitividad de las empresas del sector. Para el consejero delegado de Acerta “el problema reside en que se trata de un servicio de confianza, los clientes pueden utilizarlo o no, y hay muchas compañías que si no les va bien una vez deciden volver al método tradicional”. Por tanto hay que “ganar definitivamente la confianza del cliente nacional, de corte tradicional y no acostumbrado a la incorporación de un nuevo agente al que se ve todavía como un coste adicional para su proyecto” coincide Mark Reynolds.

La implantación de la dirección integrada de proyectos está principalmente localizada en Madrid y Barcelona. En la capital se concentra el 35% del mercado, por el 25% que alberga la Ciudad Condal, por lo que su difusión a otras áreas geográficas se antoja fundamental para el desarrollo de esta actividad, un crecimiento que también pasa, según Monsalve, por “captar a promotoras circuntanciales cuyo negocio no sea el inmobiliario sino que decidan construir su sede, o edificar una clínica o un hotel. Los principales nichos de crecimiento, aparte de las administraciones, son los promotores eventuales que quieran hacer hospitales y hoteles”.

"Las empresas necesitan más que nunca control económico frente a la crisis"
El objetivo de un project manager es terminar las obras en el plazo, precio y calidad previstos, un trabajo muy valioso en la situación que vive el sector inmobiliario y de la construcción pero que, según los expertos, no ayuda a salir de la crisis. La coyuntura actual “depende de otros muchos factores: del exceso de oferta, y del hecho de que los bancos hayan cerrado el grifo. Es fundamental que ese grifo se abra porque, por muy bien que se gestionen los proyectos, si no hay dinero, no se pueden llevar a cabo”, argumenta Javier García Monsalve, consejero delegado de Acerta.

El project management puede también ser útil para obtener esa financiación. “Una estimación correcta de costes y plazos, o una revisión exhaustiva de la situación técnica de un proyecto pueden hacer que una oportunidad de desarrollo o de compra pueda ser financiable a ojos de una entidad financiera, o animar a otros inversores a participar en ese proyecto”, explica Alberto Díaz del Río, director ejecutivo de Desarrollo y Concesiones de Bovis Lend Lease. “En realidad nadie puede hacer nada por salir de la crisis, hay que esperar a que se absorba este exceso de oferta”, opina el presidente de Tasinsa, Juan José Marquina, para quien las dificultades actuales sólo se superarán con el esfuerzo de todos: “La construcción es como una orquesta y no tendremos mejor resultado que el peor de los instrumentos”.

Las aportaciones del project management, “aunque escasas debido a ese componente financiero, pueden enfocarse en las fases de viabilidad ofreciendo servicios de consultoría técnica estratégica, aportando valor en las fases de diseño preliminares como en la definición de materiales, sistemas constructivos, plazos de ejecución… y reduciendo los costes futuros de construcción”, aclara Mark Reynolds, director de Project and Development Services de Jones Lang LaSalle.

En cuanto a las empresas que se dedican a esta actividad, la crisis está provocando que muchas vean aumentada su facturación. El presidente de Tasinsa, compañía especializada en el sector de las oficinas, revela que “antes cualquier promoción era absorbida al precio que fuera; aunque se elevara el presupuesto final, esto era compensado con las ventas. En estas circunstancias en que ya no se vende todo y los precios bajan las promotoras no se pueden permitir alegrías lo que está incidiendo en un aumento de las contrataciones de este servicio”.

Los nichos de mercado que más están creciendo son los hoteles y los centros comerciales. La falta de financiación “puede provocar en algún sector la ralentización en la toma de decisiones” como en el residencial, “pero en otros, como el de los centros comerciales, la contratación está aumentando”, indica Alberto Díaz del Río.

Por su parte Guillaume Delattre, director general de Atisreal España, considera que “las empresas son cada vez más conscientes de que contratar estos trabajos les permite un control económico de sus obras, y que los honorarios del project manager al final son absorbidos por los ahorros realizados. Frente a la crisis, las empresas necesitan más que nunca ese control económico”.
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